
La terapia consiste en realizar una transferencia genética de la descarboxilasa del ácido glutámico (GAD), una enzima que se encuentra en todas las células humanas, directamente en el cerebro de los pacientes. Sus responsables, un equipo de investigadores de varios centros estadounidenses, aseguran que el sistema es seguro y pone de relieve el potencial de la terapia génica para aliviar los síntomas de otros trastornos cerebrales. Hasta ahora, se habían realizado varios estudios de terapia génica similares, pero éste es el primero en demostrar su eficacia, por lo que se siguen implementando a más personas con este padecimiento, para que mejoren su calidad de vida.
Mario Falcón.
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